miércoles, 25 de noviembre de 2015

REFLEXIONES ACERCA DE LA TRANSPOSICIÓN DIDÁCTICA Y LA CIENCIA ESCOLAR


Una de las funciones que tenemos como docentes es la de ayudar al estudiante a construir conocimiento sobre las ciencias. Desde esta perspectiva, se deben tener en cuenta varios aspectos, en primer lugar, el tipo de conocimientos que se socializan en el aula de clase, también, cuál es el fundamento epistemológico de estos conocimientos y con ello justificar la relevancia o carencia de la transposición didáctica y la ciencia escolar en mis prácticas como docente.  Las tres cuestiones mencionadas anteriormente corresponden de una u otra manera a las preguntas orientadoras que se plantean para el primer epitome de la maestría en enseñanza de las ciencias de la Universidad Autónoma de Manizales.

La primera cuestión planteada es el tipo de conocimiento que se debe construir en el aula de clase, La respuesta que en lo personal le daba a esta cuestión correspondía con corrientes tradicionales, durante mi formación en licenciatura, tenía el concepto que el conocimiento que se debía construir en el aula de clase era el meramente científico, que provenía de la disciplina, correspondiente a lo que plantea Perafán (2013) citando a Porlán y Rivero a corrientes tradicionalistas de la didáctica de las ciencias, “los saberes académicos que mantiene el profesor son un conjunto de concepciones disciplinares explicitas, asociadas a los contenidos curriculares cuya organización obedece, de acuerdo con estos autores, a la lógica disciplinar; es decir, a los contenidos de la disciplina”.

Al reflexionar sobre la labor docente que realizaba y documentarme un poco sobre el asunto, se evidencia que el conocimiento que se construye en el aula, no puede ser el meramente científico brindado por la disciplina a enseñar, sino que este debe pasar por un proceso de adaptación a la enseñanza y allí es donde el docente junto a otros integrantes académicos de la comunidad educativa realizan su labor.

Gomez (2005) comenta acerca de este asunto citando a (Chevallard, 1985, p. 39) “un contenido del saber sabio que haya sido designado como saber a enseñar sufre a partir de entonces un conjunto de transformaciones adaptativas que van a hacerlo apto para tomar lugar entre los objetos de enseñanza. El ‘trabajo’ que un objeto de saber a enseñar hace para transformarlo en un objeto de enseñanza se llama transposición didáctica”. (p.87). Es aquí donde surge este término que es de carácter fundamental en la reflexión sobre la labor docente, la transposición didáctica.

Con ello surge la segunda inquietud planteada, sobre el fundamento epistemológico del conocimiento escolar y de los saberes del profesor, Perafan (2013) plantea
Así, en el marco de las reflexiones de Chevallard (1997), es necesario comprender la transposición didáctica, como un problema antropológico y epistemológico que debe ser avistado, no como una técnica de modelación, sino como el estatuto epistemológico fundante del saber académico del profesor. En este plano, los saberes académicos que mantiene el profesorado tienen un origen pulsional y un vector de organización racional, razón por la cual deben ser planteados en términos de obstáculos epistemológicos, en el sentido fuerte que Bachelard (1985) ha dado a este concepto. (p. 91)

Según este planteamiento, es en la transposición didáctica donde se encuentra el estatuto epistemológico de los saberes de los profesores, es decir, no se toma esta solamente como el proceso que se realiza al pasar del saber sabio al saber enseñado sino como base epistemológica de dichos saberes. A partir de esto Gómez (2005) citando a Chevallard, reflexiona sobre otros conceptos relevantes, lo expresa de la siguiente manera:

Según Chevallard, cada año, al momento del inicio del año escolar, se forma un nuevo sistema didáctico constituido por los tres sitios arriba descritos: el saber, el docente y el alumno. Alrededor del programa (que va entonces a designar el saber a enseñar) un nuevo contrato didáctico se renueva anualmente entre un docente y sus alumnos. Pero este sistema didáctico inmerso también en un ambiente, constituido especialmente por el sistema de enseñanza, este mismo insertado en un sistema más amplio todavía: la sociedad (padres, mundo político, medios de comunicación, “sabios”, etcétera). El sistema didáctico situado en el seno de un sistema de enseñanza debe entonces confrontarse regularmente al debate social. Esta confrontación se hace por la intermediación de una cierta categoría de individuos que van a enfrentarse “a los problemas que nacen del encuentro con la sociedad y sus exigencias”. (Gómez, 2005, p. 88)

Conceptos sobre los cuales como docente no he reflexionado con profundidad aunque hacen parte de mi quehacer diario. Esto me lleva a pensar varios aspectos de mi labor, el desconocimiento de aspectos teóricos de la naturaleza de la ciencia y la didáctica de las ciencias configura las prácticas que llevo a cabo en mi aula de clase. Debo ser consciente de la importancia del trabajo que se lleva a cabo en el aula de clase ya que esta afecta en última medida a la sociedad, es decir, somos responsables de la formación de estudiantes con pensamiento crítico inmersos en una sociedad.

Para cerrar en este segundo ítem a analizar, Perafán (2013) plantea lo siguiente:

Todo lo anterior implica, necesariamente, un desplazamiento de la disciplina como el alma máter del conocimiento del profesor y la emergencia de un compromiso histórico de investigar el conocimiento del profesor en fuentes distintas. Una de estas es, entonces, la transposición didáctica, entendida en el sentido en el que hemos apuntado en este escrito. Pero es claro que no solo dicha fuente constituye el complejo suelo epistémico del conocimiento del profesor, también la historia de vida, la cultura institucional y la práctica profesional están involucradas en el proceso de producción de dicho conocimiento (p.92).

El último aspecto a analizar en este ensayo es que al tener un poco más claro la concepción de lo que es transposición didáctica y ciencia escolar, se puede reflexionar sobre la relevancia o la carencia de estas en mi práctica.

Durante el escrito he dado luces de la carencia de estos conceptos y la poca reflexión alrededor de ellos en mis prácticas docentes. En cuanto a la transposición didáctica, aunque intento llevar a cabo un proceso desde la ciencia que presenta el texto a la ciencia que promuevo en el aula de clase (sin ninguna reflexión sobre este proceso), es de notar que muchos de los aspectos que presenta la transposición no los tengo en cuenta: El contexto de los estudiantes, la delimitación de metas a obtener durante el año escolar, la institución posee un plan de estudios basado en contenidos y temas a ver, se descuidan las habilidades y competencias a desarrollar, esto lleva a que no se tenga un orden lógico de los objetivos a alcanzar y de los conocimientos a construir. Otro aspecto de la transposición didáctica del cual carezco es el hecho de incluir a los padres, la comunidad y otros docentes en la construcción del currículo de la institución.

El lenguaje en las ciencias es otro elemento relevante sobre el cual no he reflexionado durante la planeación y ejecución de mis prácticas, Quintanilla (2001) ofrece varias propuestas al final de su escrito para aplicar criterios de mejora del lenguaje científico en los estudiantes: “Enseñar a escribir y a leer ciencia, Superar la visión instrumental del lenguaje científico, Autorregulación del aprendizaje, comunicación y resignificación conceptual, historia de la ciencia y aprendizaje, valores, lenguajes diversos y en contexto y por ultimo experimentación escolar. (p.200)”. Cada una de estas constituye en un reto para que como docente lleve una ciencia escolar fresca al aula de clase y mejore mis prácticas para llegar a la tan anhelada calidad educativa.

BIBLIOGRAFÍA 

Acevedo-Díaz, José Antonio., Vázquez-Alonso, Ángel.,  Manassero-Mas, Ma Antonia y Acevedo-Romero, Pilar. (2007) Consensos sobre la naturaleza de la ciencia: fundamentos de una investigación empírica. Rev. Eureka. Enseñ. Divul. pp. 42-66

Chamizo, José Antonio y  Izquierdo, Mercè (2005) Ciencia en contexto: una reflexión desde la filosofía. Alambique. Didáctica de las Ciencias Experimentales. n. 46. Octubre 2005.

Gómez Mendoza, Miguel Angel. (2005). LA TRANSPOSICIÓN DIDÁCTICA: HISTORIA DE UN CONCEPTO. Revista Latinoamericana de Estudios Educativos (Colombia), Julio-Diciembre, (pp. 83-115)

Izquierdo, Mercè y Adúriz-Bravo, Agustín (2005) Los Modelos Teóricos Para La Ciencia Escolar. Un ejemplo de Química. Enseñanza de las Ciencias. Número Extra. VII Congreso.

Perafán, G. A. (2013). La transposición didáctica como estatuto epistemológico fundante de los saberes académicos del profesor. (pp. 83-93). Folios. Segunda época. N. 37. Primer semestre de 2013. pp. 83-93. UPN.

Quintanilla, M. (2001). La ciencia en la escuela: un saber fascinante para aprender a ‘leer el mundo’, Rev. Pensamiento Educativo, 39(2), pp. 177-204.



viernes, 20 de noviembre de 2015

CARACTERÍSTICAS DE LAS PRÁCTICAS DE ENSEÑANZA DOCENTE A LA LUZ DE LAS NOCIONES INTERNALISTA Y EXTERNALISTA DE LA CIENCIA


D. Hobson (1986) en el texto Filosofía de la ciencia y educación científica resalta la necesidad que tiene el profesorado de ciencias de “Centrar la atención en cuestiones de filosofía de la ciencia que tienen una relación directa con el diseño del currículo científico, con la esperanza de que los mensajes curriculares sobre la naturaleza de las ciencias y las actividades de los científicos se ajusten con más fidelidad a la verdadera práctica científica” (p.8).

En este fragmento viene intrínseca una afirmación poderosa: la visión que tenga el docente sobre ciencia, configura de una u otra manera sus prácticas de enseñanza, es decir, La naturaleza de estas prácticas depende de la concepción de ciencia que posea el docente. A continuación se quiere caracterizar las prácticas de enseñanza de un docente a la luz de la concepción de ciencia que posea éste.

Para clarificar el concepto de ciencia se debe tener en cuenta que este se ha transformado con el pasar del tiempo y depende del enfoque al que suscriba. Desde una posición internalista, la ciencia es el conjunto de teorías verificables, universales, de carácter explicativo y descriptivo, lógicamente consistentes, críticas y reproducibles (positivismo lógico, Racionalismo crítico). En cambio si se toma una posición externalista la ciencia es el producto de la actividad humana que consiste en teorizar “sobre el mundo”, teniendo en cuenta el contexto histórico, social, cultural, religioso, político, económico y tecnológico (Revuelta historicista, Kuhn, Feyerabend, Lakatos).

En consecuencia, las prácticas de enseñanza de un docente que tenga una concepción internalista de la ciencia tendrá unas características particulares asociadas a dicha concepción, lo mismo sucede con quien suscriba una posición externalista.

CONCEPCIÓN INTERNALISTA DE LA CIENCIA

Al caracterizar la ciencia desde una posición internalista se deben tener en cuenta varios aspectos: Se debe diferenciar entre la concepción internalista de las ciencias (se refiere a esta como un conjunto de enunciados lógicamente estructurados) y la concepción internalista de las creencias (que se refiere a estas como un estado mental del ser humano).

La concepción internalista está asociada con el contexto de justificación de la ciencia, existen dos corrientes predominantes en esta posición, el positivismo lógico o empirismo lógico y el racionalismo crítico.

Rodríguez (2012) en la noción histórica que desarrolla de la ciencia, hace alusión a algunas características de los movimientos positivistas planteando lo siguiente:
A partir de este momento, la ciencia tiende a independizarse de la filosofía y se da un paso de lo teórico a lo práctico, donde el conocimiento debe ser universal y objetivo, partiendo de lo observable, medible y cuantificable, pues las matemáticas se impusieron en la ciencia.
Bajo estos parámetros, se establece el positivismo, y con la llegada de éste se marca aún más el camino para que el término ciencia y lo relacionado con el estatus de éste, sólo fuera otorgado al conocimiento que tuviese un carácter racional, universal, experimentable, objetivo, medible, cuantificable y que pudiera ser asumido como válido.
En esta herencia positivista se apoya la racionalidad técnica que le otorga a las ciencias un estatus, ya no por ser el conocimiento en sí mismo, sino por la producción de conocimiento con tales parámetros. La confusión en la actualidad es tal que ya ciencia no es sólo la producción de conocimiento, sino su evolución y sus resultados tecnológicos.
(Rodríguez, 2012, p.41-42)

El positivismo lógico o empirismo lógico expuesto principalmente por los miembros del círculo de Viena, enmarca la ciencia básicamente en los siguientes criterios.
1.     El Principio verificacionista: consiste en que toda teoría científica se debe verificar por medio de la experiencia. Rechaza cualquier índice de lo metafísico.
2.     Método inductivo: De lo particular a lo general hasta establecer una ley científica.
3.     Consideraba como la única fuente de conocimiento a la experiencia u observación empírica.
4.     Responde a una filosofía fundacionaslita, posee unos Enunciados protocolares que son el fundamento de todas sus propuestas.
5.     La ciencia posee un carácter Prescriptivista.
(Del Corral, 2015, Teleclase 2)

Otra corriente incluida en el internalismo es el racionalismo Crítico expuesto principalmente por Karl Popper, este propone un cambio en la noción de ciencia, básicamente se enmarca en los siguientes aspectos:
1.     Principio falsacionista. Toda teoría se considera valida mientras que no haya un caso que demuestre lo contrario.
2.     Método deductivo: Se plantea una conjetura y de allí se deducen las implicaciones y se somete a un proceso de contrastación.
3.     Contrastación por medio de la experimentación
4.     Las teorías científicas son criticables, son corroboradas cuando no se pueden falsar.
5.     La Falibilidad del ser humano.
(Del Corral, 2015, Teleclase 2)

Lo expuesto muestra someramente la concepción internalista de la ciencia. Las prácticas de enseñanza de un docente que posea dicha concepción presentan características particulares que se tratarán de esbozar en el próximo apartado.

CARACTERÍSTICAS DE LAS PRÁCTICAS DE ENSEÑANZA: NOCIÓN INTERNALISTA

En primer lugar, el docente, como plantea Hobson (1986) “pone mucho más énfasis en los objetivos relacionados con la adquisición del conocimiento que en aquellos relacionados con la comprensión de la naturaleza de la ciencia o con el desarrollo de las actitudes” (p.7). El tomar la ciencia como un conjunto de teorías que se deben verificar o falsar (dependiendo de la corriente positivismo lógico o racionalismo crítico), muestra que la ciencia está congelada en el tiempo, que el único análisis que se puede realizar de ella está en los enunciados y teorías ya realizadas.

En segundo lugar, el carácter empírico de la ciencia lleva al docente a adquirir modelos de enseñanza como el aprendizaje por descubrimiento, que responde a la mayoría de las características de la noción internalista de la ciencia. Campanario Y Moya (1999) haciendo alusión a una amplia gama de autores bosquejan las principales características que presenta este tipo de aprendizaje.

El aprendizaje por descubrimiento, con su énfasis en la participación activa de los alumnos y en el aprendizaje y aplicación de los procesos de la ciencia, se postulaba como una alternativa a los métodos pasivos basados en la memorización y en la rutina.
Lo importante es aplicar a toda costa las estrategias de pensamiento formal. De acuerdo con este enfoque, la enseñanza debería basarse en el planteamiento y resolución de situaciones abiertas en las que el alumno pueda construir los principios y leyes científicos.

(…) Como señala Gil, es muy probable que una búsqueda a tientas por parte del alumno «dé como resultado el aprendizaje de un conjunto de adquisiciones dispersas» (Gil, 1983, p. 30). Otros críticos señalan que en muchas ocasiones la participación activa se confunde con la mera manipulación. (…)

En tercer lugar, estos autores dan luces del principio de falsación y hacen una crítica sobre ello:
Parece claro, por otra parte, que los alumnos suelen tener dificultades en una de las tareas básicas el aprendizaje por descubrimiento, como es la capacidad para contrastar hipótesis. Diversas investigaciones señalan que la capacidad para eliminar hipótesis mediante la falsación se desarrolla a una edad relativamente tardía (entre los 14 y los 16 años) y no siempre en todos los alumnos. (Campanario Y Moya, 1999)

Por último, si bien la noción internalista de la ciencia es aceptada por concepciones epistemológicas de distintas corrientes, cabe decir que los avances que han surgido del estudio de esta han llevado a un estudio más profundo de la teoría del conocimiento científico, los autores lo plantean de la siguiente forma:

Otra crítica que se formula al aprendizaje por descubrimiento es que está basado en unas concepciones epistemológicas hoy día superadas. Con su énfasis en la observación y en la formulación de hipótesis, este enfoque tiene mucho que ver con concepciones excesivamente inductivista sobre la ciencia y el trabajo científico. Lo que empezó siendo una justificación psicológica del aprendizaje se acabó basando en una justificación epistemológica sobre la estructura de la ciencia y de los procesos científicos según concepciones que prestan demasiada atención al proceso de observación y formulación de hipótesis. (Campanario Y Moya, 1999)

CONCEPCIÓN EXTERNALISTA DE LA CIENCIA

Queda por aclarar lo concerniente a la concepción externalista de la ciencia. Esta se rige bajo el contexto de descubrimiento y la corriente que resalta esta concepción es la relacionada con la revuelta historicista (Kuhn y sus seguidores)
Esta concepción de ciencia sienta su base teórica en lo que plantea Kuhn (1962): “Si SE CONSIDERA a la historia como algo más que un depósito de anécdotas o cronología, puede producir una transformación decisiva de la imagen que tenemos actualmente de la ciencia” (p.20). Desde esta proposición surge un término que se considera un pilar en la construcción del conocimiento científico; los Paradigmas, Kuhn (1962) “los considera realizaciones científicas universalmente reconocidas que, durante cierto tiempo, proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad científica” (p.13).

Luego se expone los paradigmas relacionados con una matriz disciplinaria, allí se dota a la ciencia de unas características muy particulares:
Para Kuhn 1970, una matriz disciplinaria construida lógicamente por:
1.     Generalización simbólica (lenguaje)
2.     Modelos (analogías y metáforas para formarse en esa comunidad y compartir los elementos de un modelo heurístico)
3.     Valores (la crisis en la ciencia hace que se planteen de acuerdo a la necesidad social, el valor o valores que tendrá en cuenta la comunidad)
4.     Ejemplares paradigmáticos (los diferentes problemas-soluciones)
(Rodriguez, 2015, Teleclase 2)

Como consecuencia de las teorías expuestas en la revuelta historicista, la consecución del conocimiento científico tiene un carácter particular y se plantea el siguiente proceso:

CONOCIMIENTO CIENTÍFICO
1.     Problema
1.1  Delimitación del problema
1.2  Emisión de hipótesis contrastables
1.3  Diseño y realización del experimento.

2.     Análisis de resultados
3.     Comunicación de resultados
4.     Comunidad científica

5.     Nuevos conocimientos
5.1  Aplicaciones técnicas
5.2  Nuevos problemas
5.3  Replanteamiento del problema.
(Rodriguez, 2015, Teleclase 2)

Lo expuesto anteriormente representa las principales características de la concepción externalista de la ciencia. Las prácticas de enseñanza de un docente que posea dicha concepción presentan características particulares que se tratan a continuación.

CARACTERÍSTICAS DE LAS PRÁCTICAS DE ENSEÑANZA: NOCIÓN EXTERNALISTA

En primer lugar, un docente que posea esta concepción considera que la ciencia va más allá de las teorías y los enunciados, tiene en cuenta el contexto donde se desarrolla dicha ciencia. Sabe que aunque hay teorías que en la actualidad no son vigentes, en su tiempo respondieron a una necesidad cultural, social, económica, política o tecnológica y no pierden su carácter científico. Así, por ejemplo, un docente de física que aunque sabe que las teorías de mecánica clásica de Newton, en su mayoría han sido relegadas por la relatividad y la mecánica cuántica, estudia con sus estudiantes (la comunidad escolar) las limitaciones de dicha teoría, las aplicaciones, las dificultades que presenta y como se desarrolló en su contexto.

En segundo lugar, (Campanario Y Moya, 1999) plantean tendencias pedagógicas, cuya base fundamental son las propuestas de Kuhn y la revuelta historicista, entre ellas, el cambio conceptual, desarrollo de capacidades metacognitivas y aprendizaje por investigación; de ellas se exponen algunas características que se pueden resaltar:

Al ser unas teorías descriptivas, no prescribe un modelo docente determinado. En general, las estrategias que promueven el cambio conceptual reflejan un estilo de enseñanza en el cual tanto alumnos como profesores están implicados activamente y en el que los profesores «animan a los alumnos a expresar sus ideas, a pensar rigurosamente y, a su vez, modifican sus explicaciones dependiendo de los puntos de vista que consiguen elicitar en sus alumnos» (…).
Por último, se pueden agregar otras características de la práctica docente que los autores resaltan:

Las pautas generales que deberían seguirse en cualquier programa de enseñanza para el cambio conceptual han sido revisadas recientemente por Hewson y Beeth, quienes ofrecen una serie de recomendaciones que se resumen a continuación (Hewson y Beeth, 1995):

a) Las ideas de los alumnos deberían ser una parte explícita del debate en el aula. Se trata de que los alumnos sean conscientes de sus propias ideas y de las ideas de los demás (…) Los alumnos han de darse cuenta de que las ideas tienen autoridad por su poder explicativo, no por la fuente de donde proceden.

b) El estatus de las ideas tiene que ser discutido y negociado. Como una consecuencia de la primera condición, una vez que todas las ideas han sido elicitadas, los alumnos deben decidir acerca del estatus de sus propias opiniones y de las opiniones de los demás. En esta elección intervienen, además de la propia ecología conceptual, sus criterios epistemológicos acerca del conocimiento científico y acerca de qué constituye una explicación aceptable.

c) La justificación de las ideas debe ser un componente explícito del plan de estudios. Que los alumnos consideren que las nuevas concepciones son plausibles y útiles puede depender de varios factores: que las nuevas concepciones parezcan verdaderas y compatibles con otras concepciones previas o aprendidas, que las concepciones no contradigan las ideas metafísicas de los alumnos, que la idea aparezca como general o como consistente y que ello coincida con los compromisos epistemológicos de los alumnos, etc.

d) El debate en el aula debe tener en cuenta la metacognición que, según Gunstone y Northfield, desempeña un papel central en el cambio conceptual (Gunstone y Northfield, 1994). Cuando los alumnos comentan, comparan y deciden sobre la utilidad, la plausibilidad y la consistencia de las concepciones que se presentan, están explicitando sus propios criterios de comprensión. La aceptación o no de las nuevas ideas y el rechazo de las ideas previas depende en gran medida de los patrones metacognitivos de los alumnos: ¿satisface una nueva concepción las lagunas que plantea la anterior?, ¿es capaz el alumno de detectar fallos en la capacidad explicativa de sus propias ideas?, ¿cómo comparar el poder explicativo, sin duda elevado, de las concepciones previas con el de las nuevas concepciones, etc.? Los interrogantes anteriores responden a la necesidad de tener en cuenta problemas como las dificultades de los alumnos para detectar discrepancias o inconsistencias en un razonamiento científico (Otero y Campanario, 1990). (Campanario Y Moya, 1999).

Desde la perspectiva estudiada en los apartados anteriores, se evidencia la necesidad de que el docente sea capacitado en cuestiones de filosofía de la ciencia, epistemología, historia de la ciencia y por supuesto en la ciencia a enseñar ya que estos aspectos configuran directamente, primero, la visión del mundo que tiene el docente sobre la ciencia que enseña y por tanto la visión que trasmite a sus estudiantes. Y en segundo lugar, las estrategias de enseñanza que emplee, así como su práctica misma de enseñanza.
Se evidencia entonces que, si un docente de ciencias posee una visión internalista de las ciencias, es decir, la toma como un conjunto de teorías verificables, universales, de carácter explicativo y descriptico, lógicamente consistentes, críticas y reproducibles (positivismo lógico, Racionalismo crítico), sus prácticas de enseñanza se enfocan en los principios que rigen esta noción: carácter prescriptivista, principios de verificación y de falsación, valora la experimentación y los métodos inductivos o deductivos, el método científico y la simulación de la actividad científica en sus estudiantes.

En cambio si toma una posición externalista donde la ciencia es el producto de la actividad humana que consiste en teorizar “sobre el mundo”, teniendo en cuenta el contexto histórico, social, cultural, religioso, político, económico y tecnológico (Revuelta historicista, Kuhn, Feyerabend, Lakatos). Su práctica de enseñanza tiende a ser abierta por ser de carácter descriptivo, valora las ideas y la historia de cada estudiante como un ser único, da luz de cómo a través de la ciencia se configuran aspectos sociales y culturales y cómo esta ha afectado nuestra historia. Cabe aclarar que aún queda mucho por explorar este campo, esto es simplemente un esbozo superficial de cómo la noción que el docente tenga de aspectos concernientes a la epistemología, historia y filosofía de la ciencia configuran sus prácticas de enseñanza de las ciencias.


BIBLIOGRAFÍA
  
Blasco. josep L. (1998). EL POSITIVISMO LÓGICO. Enciclopedia iberoamericana de Filosofía. P. 293 – 310. Editorial Trotta, SA.

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Del Corral, Andrés (2015). Teleclase 1: 13 de Junio 2015. Universidad Autónoma de Manizales. Edupolcanal4.

Del Corral, Andrés (2015). Teleclase 2: 27 de Junio 2015. Universidad Autónoma de Manizales. Edupolcanal4.

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Hodson, Derek. (1986). "Filosofía de la Ciencia y Educación Científica". En: Constructivismo y enseñanza de las ciencias. (2000) Porlan, R; García, E. & Cañal, P. Sevilla, Díada. pp 7 a 19.

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Kuhn (1962) La estructura de las revoluciones científicas. Introducción: Un papel para la historia. Fondo de cultura económica.

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Popper, Karl. (1981) "Tolerancia y responsabilidad intelectual". En: En busca de un mundo mejor (1994). Barcelona, Paidós.  

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